"El rito" no pasará a la historia del cine como una de las mejores películas sobre posesiones demoniacas, pues contiene los ingredientes que cualquier seguidor del género conoce: Ruiditos, voces de ultratumba, expresiones en otras lenguas y, sobre todo, muchas contorsiones. De hecho, a mí particularmente me impresionó más "El exorcismo de Emily Rose" (que aportaba la visión religiosa y judicial de un mismo caso), e incluso la propia "El exorcista" (ateniéndonos al año en que se realizó). Es más, creo que los cuatro sustos que puede darte son más ajenos al ritual del sacerdote.
Luego tiene el problema de un guión algo tramposo (ver spoiler), aunque como siempre Anthony Hopkins es capaz de levantar cualquier mediocridad con su actuación; y, por supuesto, "El rito" no es una excepción en ese sentido.
Quizá lo más novedoso, y eso sí que es un acierto, es mostrarnos de forma moderna cómo viven los seminaristas, las lecciones que reciben en El Vaticano para convertirse en futuros exorcistas y lo que de verdad siente Michael Kovak en su interior.
Mi nota: 6,7