Uno de los protagonistas dice dos veces "solo quiero poder cerrar los ojos y no ver lo que veo" ¿Qué ven? Pues lo que ven tantísimos niños y niñas indefensos que sufren abusos sexuales por parte de adultos y que mueren sin haber visto ni solidaridad, ni justicia, ni venganza ni mucho menos reconocimiento a su dolor; un dolor incluso muchas veces negado por personas que también lo sufrieron. De eso va esta película.

A pesar de la temática, no es una película de serie B para la sobremesa de los domingos. No. Es una película con mayúsculas, con un casting bestial, bien dirigida, argumentada y presentada. Ningún papel sobra y todos están perfectos. Y, desde luego, no puedes evitar empatizar con ellos, porque por mucho que muchos nieguen estos y otros hechos como este, estas cosas pasan, estos niños sufren y sus vidas quedan marcadas para siempre. Lo crean o no, pasa y esta historia, tan real como la vida misma, está bien contada, para que se entienda. Si no la entiendes, es porque no quieres entenderla; tus motivos tendrás