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Joan Ramirez rating:
9
Film noir. Drama. Action Joe 'Tom' Yateley is an ex-convict. Trying to leave his past behind, he decides to starts working for the Hawlett Trucking company, which transports gravel. It's an aggressive company, where speed is everything. Doing too less runs in a day? You're out. Red is the most experienced trucker, he can do 18 runs in a day. Tom soon makes friends with Lucy, the secretary, and Gino, a driver. But the record of Red intrigues him and he wants to ... [+]
Language of the review:
  • es
March 10, 2012
23 of 24 users found this review helpful
El “tono” de una película es su argamasa, el esqueleto que la aguanta. Si no lo pierde y está filmada con sinceridad y convicción, entonces es como una de esas sopas a las que le puedes echar de todo (o casi…), que siempre quedará bien.

El secreto de “Ruta Suicida” es que se trata de la película con menos pamplinas que he visto en muchísimo tiempo. Como dice Ben Wade, es una película de acción realmente seca. A mí, además, me parece todo un western: sin indios, ni sheriff, ni pistolas, ni whiskey, ni caballos, ni póker, ni pianistas con bombín.

Pero sí hay un grupo de rudos camioneros que viven en una pensión como si vivieran en un rancho; que trabajan para un patrón que impone su ley al margen de la del mundo; que van al baile del pueblo como si entraran en el “saloon” y acaban a puñetazos con todo el mundo; que tienen un líder malvado y despreciable muy, pero que muy a la altura del Liberty Valance de John Ford y Lee Marvin, ahora interpretado por Patrick McGoohan, al que realmente cuesta reconocer en su juventud, y que hace un papel extraordinario. Y, como en tantas películas del oeste, hay un duelo con el protagonista.

Las escenas de acción son inusitadamente trepidantes y están rodadas de narices. Sin ser un entendido, yo diría que el montaje es sublime. Por otra parte, la cámara subjetiva de los camiones es una pura locura. Es muy probable que en los diez primeros minutos de película te tengas que agarrar a la silla y se te salgan los ojos de las órbitas.

El papel protagonista de Stanley Baker –y su interpretación– quizás sea lo que menos me ha convencido, seguramente porque es el personaje que peor lo pasa y, al contrario de la corriente general, es el que más titubea (dudar siempre es sufrir). No importa: queda ampliamente compensado por el estupendo trabajo de Herbert Lom en el papel de italiano expatriado, el más sensible de la caterva que, además, se ha de llevar la peor parte del triángulo amoroso que la película también incluye. Si se le puede escuchar en versión original, mejor que mejor.

Guión inteligente, muy bien trazado, y con un giro final digno de sir Alfred que es una pequeña delicia.

En fin… al hilo de lo que decía al principio, pasen y vean esta historia de orgullo, ambición, cárcel y estigma; deseo, velocidad, sentimiento de culpa; amistad, asesinato, explotación; contubernio, perdón, justicia y muerte.

¡Casi na!
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
Joan Ramirez
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