Lo peor que le puede pasar a una ficción es que se note que es ficción. Esto se aplica a la literatura, al teatro o al cine. Puede ser una historia de animales hablando, extraterrestres en el espacio exterior, dioses, dibujos animados, o personas que para comunicarse, en lugar de hablar, canten y bailen, si una historia se cuenta bien nos olvidamos o no notamos los artificios, cuando una historia está mal contada ya sea por diálogos o resoluciones torpes e irreales, no logramos ese acuerdo tácito entre creador y receptor donde yo sé que todo es mentira pero me olvido que es mentira y me creo todo.
En 'Asedio' se notan todas las costuras de la cámara pero sobretodo las de guión. Es imposible empatizar con nadie, con absolutamente nadie. Una total decepción.