Que haya pasado mucho tiempo tras la primera película y, que al ver esta, sientas que no ha habido ningún salto de 14 años. Una maniobra difícil y rigurosa que deja como resultado un gran sabor de boca, pues es muy complicado luchar contra la expresión: ''Segundas partes nunca fueron buenas'', pero aquí encontramos una excepción.

La esencia sigue intacta. Para aquellos que se enamoraron de la primera y ya histórica película de Disney ''Los Increíbles''. al igual que yo, tienen la fortuna de que Brad Bird nos traiga otra ración de ritmo frenético, escenas de acción cuidadas al milímetro, equilibrio, humor y unos personajes que sin querer les coges cariño (otra vez), donde tus ojos se convierten en dos peones del juego, los cuales quedan ''hipnotizados'' ante la pantalla.

Una nueva y super esperada entrega donde esta familia tiene que vérselas de nuevo contra el mal, presentado en diferentes formas, pero siempre con un propósito que les incumbe: ''Hay que terminar con Los Increíbles''. Luchan constantemente entre la delgada línea que separa el bien y el mal, pues combaten con buenos valores morales pero sus secuelas dejan plato en bandeja a los críticos que defienden que ''lo bueno'' no tiene por qué ser necesariamente lo mejor. Un debate que se codea con la escala de grises que es el ser humano.

Elastigirl pasa a ser lo que fue Mr Increíble en la primera, dando así una frescura total a la trama con tan solo haber rotado a los personajes como en una partida de volleyball, sin el sinsentido de añadir por añadir, una idea que, además de ser buena, demuestra que no es necesario relleno si el pastel está bien hecho.

Destacar que se pierde bastante el factor sorpresa y/o giro argumental, pero no le hace falta.

Me sigue gustando más la primera, tanto el villano como la trama en general. Aún así, sólo por la duda de cuál ha sido mejor, merece la pena. Compite con ella misma.