“Los Puentes de Madison County” era ya un consolidado éxito editorial. Una tragedia romántica que exigía un galán maduro, y William Holden ya no podía siquiera echarle una mano. Clint ya había decidido componer parte de la banda sonora. ¿Por qué no interpretar también el papel protagonista? Sin pistolas. Sin tiros. Sólo disparos de obturador. Sin hacer saltar por los aires ninguno de los puentes. Sólo fotografiándolos para National Geographic. Sin trucos y sin travelling. Con una sola persecución bajo la lluvia, tan corta como desgarradora e inolvidable. Sólo con los mimbres de la mirada y la palabra. Y debió pensar también, por qué no hacerlo, además, encarándose con la primera dama de Hollywood : Meryl Streep. Por lo menos el duelo por la parte femenina sería de altura. Esto sí era propio de “Harry Callahan” o del “Hombre sin Nombre”. Si no quedaba malherido sería de milagro, pero el miedo no debía reflejarse en el gesto ni en el pulso.

El duelo es un tiroteo incesante de intenciones y deseos. En el mano a mano interpretativo en el que se baten, todo y todos salen triunfantes, brindándonos, sin duda, una de las mejores películas de la historia del cine, y una de las más bellas y maduras historias de amor que nadie haya sabido filmar.

Clint empapa el celuloide en emoción durante todo el planteamiento del film, y lo escurre en la inolvidable escena de la lluvia. La mano de ella parece poder cortar el llanto de los cielos con un gesto, pero este no llega. Pasan años, y cuando el gesto llega de la mano de él, en forma de caja o de herencia, Eastwood consigue que se nos anude el estómago con la garganta, y el celuloide vuelve a destilar todos los fluidos de la vida, y hasta el descreído, frío y antipático hijo de ella, aprende cómo el único objetivo de su vida es hacer feliz a quien quiere…”¿Yo te hago feliz? Porque es lo único que me importa en esta vida…”

Catedrático Eastwood. Valiente hasta perder. Parece saberse capaz de mostrarse dueño de cualquier situación, o saber arriesgar como el que no tiene nada. Productor, director, compositor, actor,... Autor de calidad y de éxito.
La historia de “Los Puentes de Madison County”, en su mano, se convierte en una inolvidable sinfonía de silencios envolventes y emotivos hasta el corazón mismo del ser y su destino.