Finalmente, Brunilda consuma y se hace participe de la tragedia, hilo argumental principal de la película.

Brunilda, la más notoria de las Valquirias, nunca llegará a consumar su amor con Sigfrido, el muchacho que le ha sido enviado por los dioses para rescatarla del anillo de fuego al que ha sido confinada por Odin, un castigo a la desobediencia de esta a acatar las ordenes del dios. En la película nos lo muestran sin recurrir a la intervención divina, pero de algún modo nos acercan su presencia. La pureza y la verdad quedan mancilladas en numerosas ocasiones primeramente por Odin, que toma carne humana y seduce a mujeres, olvidando luego el fruto de estas relaciones. De una de ellas procede Sigfrido, cuidado por un nibelungo llamado Mime. Esto tampoco está reflejado en la película, ya que Sigfrido es abandonado a su suerte por su madre tras una cruenta batalla en la que su castillo es atacado por fuerzas bárbaras, y es encontrado por un hombre mayor, en apariencia humano.
En definitiva es una adaptación, no todo tiene que ser exacto.