La película trata de ser un homenaje a Gloria Grahame, ganadora del Oscar a la mejor actriz secundaria por ‘Cautivos del mal‘ [1952], de Vincente Minnelli, 1952), en base a las memorias autobiográficas de Peter Turner, quien fue su pareja durante los dos últimos años de su vida, plasmadas en su libro ‘Film Stars Don’t Die in Liverpool‘ [1981].

La realización, simplemente correcta -y con significativas semejanzas teatrales a ‘Mi semana con Marilyn‘ [Simon Curtis; 2011] y a ‘La Vie en Rose‘ [Olivier Dahan; 2007]- se apoya en saltos temporales un tanto mareantes, con los que se enmarcan tanto la primera etapa de la relación como el reencuentro durante los últimos meses de vida de la actriz. Con aportaciones originales como el doble punto de vista de la pareja mediante la repetición de la secuencia.

El quicio de la mancebía [EQM]
https://elquiciodelamancebia.wordpress.com/2018/05/26/las-estrellas-de-cine-no-mueren-en-liverpool-r-unido-2017-de-paul-mcguigan

Interpretativamente -y aunque Annette Bening hace un muy buen trabajo en todo lo que se refiere a la primera etapa, sumamente empático, sobre todo en la secuencia del baile de ‘Boogie Oogie Oogie‘- a mi me ha maravillado la labor de Jamie Bell en el papel de un joven tan perdidamente enamorado de una mujer 30 años mayor, que él que moldea un formidable y rara avis en el cine: el retrato de un hombre sumiso, totalmente rendido a los vaivenes de una famosa actriz en pleno declive. Por tanto, y en verdad, el dibujo de la relación de pareja sólo se recrea en la incondicional entrega de Turner y en la química que desprende Bell.

Con un parco presupuesto, una encantadora fotografía cromática de Urszula Pontikos, un buen diseño de producción de Eve Stewart y una atractiva banda sonora incorporada, en la que destaca la aportación de Elvis Costello -no dejen de ver y escuchar en YouTube el videoclip “You Shouldn’t Look at Me That Way” [2017]-, la película flaquea a la hora de definir, en el guión, el perfil biográfico y, sobre todo, psicológico, de Gloria Grahame, que en su etapa vital resulta tan chispeante como vacuo y en su despedida casi desaparece. Con sólo alguna excepción: ese pánico a la muerte cuando ya llama, inexorablemente, a su puerta; o esa fugaz insinuación bisexual.

En la película suena ’You’ve Really Got a Hold on Me’ [‘Realmente me has agarrado’; Smokey Robinson; 1962], en la versión de Small Faces [y que fue grabada por The Beatles en 1963]. Y no por casualidad: la cinta, fundamentalmente, es la historia de un ‘agarrado’.

Eso sí: es sobrecogedora en muchos de sus momentos y, por tanto, nada apta para deprimidos, desde luego.

Formidable interpretación de Jamie Bell, sobre un hombre amorosamente abrazado a la sumisión [7 sobre 10]