Saltó a la palestra con un papel secundario en la segunda parte de una de las mejores películas de aventuras de las últimas décadas; La momia. Me acuerdo perfectamente de él, era medio calvo pero tenía melena (cosa rara), se comía escorpiones, estaba muy mazao y tenía cara de mala hostia. 20 años después aquí lo tenemos, hecho todo un protagonista, calvo entero, más mazao todavía, con cara de bueno, sonrisa de galán y ligándose a la chica (nada menos que Emily Blunt).

Lo ha conseguido, es el p. amo del Hollywood más comercial.

Aquí le regalan un crucero que pretende ser un poco de La momia, un poco de Piratas del Caribe e incluso otro poco de King Kong... Lamentablemente para nosotros (a él seguramente le de igual) no tiene ni la aventura de la primera, ni la epicidad de la segunda ni la emoción de la tercera.