El director sevillano tras debutar hace unos años con “Asesinos inocentes” , vuelve a regalarnos un thriller situado en una carretera, que protagonizan Julián Villagrán y Marian Álvarez.

Nos cuenta la historia de German, un padre de familia que antepone su trabajo a pasar horas juntas con su mujer y su hija. El día del cumpleaños de su pequeña tiene una reunión importante lejos de su casa y se ve obligado a alquilar un coche para volver a casa, cuando le vence el sueño en una carretera secundaria y provoca un accidente empezará su auténtica pesadilla.

La situación que tiene que vivir el protagonista, nos puede pasar a cualquiera de nosotros, por eso la película es muy realista y el espectador se identifica rápidamente con el protagonista, el cual es una persona normal que es golpeado por todo el mundo, porque al ser tan buena persona resulta fácil aprovecharse de él.
La película también provoca un dilema moral, porque te hace preguntarte como actuarías tu en su situación y hace que pienses donde están los límites del bien y el mal. A partir de todo lo que le va pasando, German se irá dando cuenta de lo importante que es su familia para él.

Aparte de la pareja protagonista, también destaca la actuación de Ester Expósito, la joven que sacarla de sus casillas al pobre German. La cinta es una continua carrera contrarreloj donde la acción no para y cada vez quieres ir descubriendo el desenlace.

Quizás el guion podría haber estado un poco más elaborado y sea el punto más negativo de la historia, pero aún así es una buena película que te hará pasar un rato entretenido y hará que te preguntes muchas cosas.

Lo mejor: El dilema moral que provoca
Lo peor: El guion

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