Buena película, buena interpretación, muy buena ambientación, buen clima, y otros mas etcéteras todos buenos - por algo es una obra de Polansky – pero, el tema está ya muy visto, al menos para mí, que soy un fiel espectador y cliente de casi todos los “Olivers” filmados y puestos en escena.
A mi, me ha resultado inevitable la comparación con el extraordinario musical de Carol Reed de 1968 y entiendo que Polansky también lo hace y lo demuestra descaradamente en la caracterización de muchos personajes – El bedel, Truhan, Fagin y Bill están premeditadamente calcados de aquella obra. Pero, Carol Reed aporta más que Polansky, por lo menos en innovación, en música y en una inolvidable interpretación de Oliver Reed en el papel de Bill, que esta película de Polansky no logra igualar.
En el ámbito positivo, Polansky insinúa y apunta hacia la crudeza de algunas situaciones, que en el musical de 1968 se exhiben mas descafeinadas y azucaradas.
En conclusión una buena película, pero no es de las mejores de Polansky.