Empezaré diciendo que esta película la he intentado ver tres veces. Las dos primeras me quedé dormido a los cinco minutos y, la última, la fui pasando rápidamente para asegurarme de que, efectivamente, el malo era quien yo creía desde el minuto cero.
Lo único que me ha gustado son algunas de las muertes y poco más. Los actores, penosos. Aunque, ¿qué se puede esperar de un reparto salido de series como Smallville? Le pongo un dos porque no me parece justo ponerle la misma nota que a algunas de las películas que ya he criticado en esta web.
Spoiler:
Vamos a ver. Lo del asesino en serie con doble personalidad está ya casi tan visto como lo del asesino en serie con máscara y arma puntiaguda. Esta película mezcla las dos cosas de forma totalmente ridícula, haciendo que el protagonista no sepa que el asesino en realidad es él, y poniéndole una mascarilla con respirador que se oye a cien metros de distancia, lo que -en teoría- debería impedirle realizar sus "ataques sorpresa".
La escena en la que el asesino al parecer se encierra a sí mismo en una jaula mientras observa cómo matan a su compañero debería desacreditar de por vida al director de este engendro. No se puede caer tan bajo intentando engañar al espectador de una forma tan cutre. De hecho, estas cosas cabrean mucho a los espectadores, como sabe perfectamente cualquier director digno de ese nombre.
Otra cosa que no entiendo... ¿A qué viene lo de San Valentín? Podrían haber ambientado el relato en el Día de Acción de Gracias o en Nochebuena y no habría cambiado absolutamente nada. Además, ya tenemos una película que se llama "Un San Valentín de Muerte", y eso hace que el título de ésta parezca una broma. Otro suspenso para el que ha inventado o traducido el título.