Esta película intenta transcurrir a caballo entre el terror y la comedia, es un intento de innovar mezclando géneros distintos, juntando sustos con risas en un abrir y cerrar de ojos. A pesar de no ser un Truñaco, me parece una desastrosa autoparodia de las películas de terror y la encuentro tremendamente sobrevalorada por los críticos. La película es inverosímil desde el comienzo de su trama, que dicho sea de paso, no es nada del otro mundo: una chica guapa que trabaja en un banco toma la decisión de no ayudar a una anciana a rehipotecar su casa y entonces la vieja, en venganza por perder su casa, le echa una maldición gitana. A partir de ahí acontece una locura, una mezcla extraña de escenas de terror, parodia, gamberrismo y humor macabro. A pesar de que es un filme en cierto sentido entretenido y que no llega a ser pretencioso en ningún momento, cuesta digerirlo, cuesta verlo sin prejuicios y no pensar que te están tomando por gilipollas. ¿Cómo es posible asustarse y reírse al mismo tiempo?. ¿Acaso el director no pensó en ello a la hora de rodar "esto"?. Ahora bien, no todo es malo en este producto, de hecho, cuenta con una magnífica interpretación de Alison Lohman, mención aparte merece lo maltratada que es esta chica en la cinta. Madre mía, la pobre es continuamente golpeada, la manchan de vómitos, le vierten encima gusanos, moscas e innumerables porquerías. Resulta repugnante en varias ocasiones. En el aspecto técnico tampoco está del todo mal, tiene unos efectos especiales decentes y cuenta con escenas atractivas como la del cementerio y la pelea dentro del coche entre Alison Lohman y la vieja bruja. Pero este filme está lleno de borrones en su expediente, ya que abusa de chirriantes y molestos sonidos para acompañar los sustos, los personajes secundarios dan auténtica lástima y las escenas de humor surrealista son nefastas, de lejos lo peor del filme. Además, el giro final de guión se veía venir a kilómetros. Para terminar quiero decir que "Arrástrame al infierno" me ha parecido entretenida a ratos y con una Alison Lohman espectacular, pero como película en sí misma es un disparate avergonzante y una tomadura de pelo al espectador.