Esta película indaga en asuntos que la parapsicología lleva investigando desde hace mucho tiempo, y es el caso de las adolescentes que desarrollan sus poderes sanadores y/o destructivos en manifestaciones que pueden ser confundidas con fuerzas diabólicas. No sé si esto puede tener una explicación racional, pero os invito a que leais -si os interesa- algún tratado sobre brujería e influencias lunares, y ya vereis lo que os aparece. Y no, no hablo de "Embrujadas", pero sí de una buena película cuyo caso me creo -que me traten de ilusa, si quieren- y cuyo terror, más allá de hacer un raconto quizá un poco tópico del Exorcista, consigue poner los pelos de punta, despierta la empatía del espectador, y no carece de fundamento, como la mayoría de películas de este género. ¿Cuántas tragedias familiares se ocultan detrás de supuestos "mitos" y "exorcismos" nunca bien aclarados, donde el cabrón-cabrona resulta ser un miembro de la misma familia, y se transmiten de generación en generación pasando por cuentos de fantasmas?
Esta película da que pensar en ello, y no es verdad que el final haya sido cogido por los pelos: basta un poco de perspicacia para darse cuenta de que el conflicto queda claro desde la escena en que los padres coinciden en el altillo. Lo bueno es la forma en que lo cuenta.