Desde niño siempre he sido un consumidor nato de películas, de todos los colores, no hago ascos a ningún género. Y ha día de hoy me ha servido a nivel personal para saber apreciar el buen cine, del cine de entretenimiento. ¿Cuál es mejor? Yo lo dejaría en tablas, en empate técnico. ¿Por qué? Porque al fin y a cuentas logran lo mismo pero de diferente manera, entretener al personal. Es como tener hambre e ir a un restaurante de lujo o al McDonalds, al final tienes el estómago lleno que es lo que cuenta.


Por eso no entiendo la costumbre que existe en esta web de poner a parir todo lo que sea cine de calidad media, pero bastante entretenida, como la peli que me trae a esta crítica. ¿Cómo definiría a Hanna? Pues como una película entretenida, con acción trepidante por momentos y con el aliciente de ver a una niña en la piel de un agente superpreparado. ¿Me he divertido? Bastante a ratos, en especial en el magnífico comienzo, ese aislamiento en el bosque, con un padre que la somete a un entrenamiento exhaustivo y firme. Hago especial hincapié en los paisajes naturales y la excelente fotografía, poco mérito para el director. A partir de la segunda parte de la peli, pega un bajón de escándalo, con una duración innecesariamente extensa, donde no solo no explican nada, sino que es un correr por correr. La parte que menos me ha gustado va a la zona de spoiler. Las interpretaciones de los protagonistas han estado simplemente correctas, a excepción de Saorse Ronan, que se merienda al resto, lástima que el director no se acordara de el principio de la película.

Me ha encantado la escena en la que el director trata de hacer entender a los espectadores que la niña no conoce nada de la nueva tecnología, ni electricidad, ni la luz, ni las cafeteras, ni el teléfono, ni ventiladores, una pena que posteriormente mete la pata hasta el fondo. (spoiler apartado 8).

Lo dicho, si quieres disfrutarla, adelante, pero no leas la parte del spoiler.