A lo largo de la historia del cine, he leído muchas entrevistas de directores hablando precisamente de un éxito inesperado de alguna de sus películas y algo que siempre me ha llamado la atención, es que muchos reconocen que una de las claves ha sido...no contar con actores muy conocidos. Porque con esto consiguen que el espectador se centre en la historia y no en la estrella.

El Soldado de Dios toca un tema muy delicado, la violencia en Africa debido a los dictadores de países que abusan de su poder y sobretodo de su violencia. Sinceramente he visto historias acerca de este tema y la película me ha enganchado más que la que nos trae Marc Forster. Creo que Gerard Butler americaniza mucho la trama, da la sensación que la película está más pendiente de su actuación y de sus cambios de ánimos, que de contarnos exactamente el problema real. Un genocidio con todas sus letras. Acepto pulpo como animal de compañía, porque trata sobre un personaje real, pero viendo la película lo pones en duda hasta los créditos finales. Está todo muy cinematográficamente contado, yo no llegué a meterme nunca en la historia, ni cuando nos muestran las partes más atroces. No me lo creí.

Una vez que el protagonista sufre esa transformación, todo se centra en su persona, en su obsesión, en solucionar lo insolucionable...pero no nos detallan nada de lo que lo rodea, a penas sabemos nada de su familia y mira que pasan muchos años. No nos muestra los motivos reales de ese odio racial, ni las posibles soluciones. Tienes esa sensación de que hay que hacer lucir al protagonista si o si.

Aún así la película se deja ver sin problemas.