Siempre me molestó oír a los romanos hablando en inglés, pero qué sorpresa, qué deleite nos regala esta serie al poner a hablar a los actores en latín, eso ya justifica la producción, pero, además, ¡los bárbaros hablan en alemán! de manera que un idioma común de Nuestra Civilización traspasa las fronteras del mundo civilizado. Eso es un precioso guiño a la lengua.

Por otro lado, resulta muy grato ver humanizados a los bárbaros del norte. No hay rigor histórico, pero hace pensar que los bárbaros hacían algo más que escapar de otros pueblos más bárbaros que los invadían desde el norte y el oriente.


Es una serie adaptada a nuestros tiempos, por lo que se toparan con algo de feminismo en la historia, ideales democráticos (o republicanos para ser justos con la Grecia Eterna) y los aspectos que toda serie de Netflix debe respetar; dejando un mal sabor a quienes esperen hallar traspuesto a Gibbon o Mommsen en la pantalla, pero dejando una dulce sensación en quienes esperan un aporte de aspectos diversos al rigor, pero que en definitiva acaban por volvernos mucho más rigurosos al momento de revisar y pensar la Historia.