Las dos primeras entregas de ‘Terminator’, ambas dirigidas por James Cameron, significan dos de los puntos más alto en cuanto al cine comercial de Hollywood, dos verdaderos clásicos de nuestro tiempo a los que se les buscó, afanosa y fallidamente, continuidad ya en tres diferentes ocasiones en las que la conocida historia ha sido abordada desde diferentes aspectos, sin resultados positivos.

Ha sido hasta esta cuarta oportunidad, contando con la participación de Cameron en la producción y, sobre todo, con el tándem protagónico, Arnold Schwarzenegger y Linda Hamilton, que por fin se consigue una solida secuela, que al mismo tiempo sirve para abrirle nuevas posibilidades comerciales a la franquicia.

Son varias las decisiones arriesgadas que se han tomado para esta nueva entrega, la primera es presentada apenas en los primeros minutos de iniciada la película y es todo un balde de agua fría para el espectador, la historia sigue a la segunda película estrenada en 1991 e ignora por completo todo lo acontecido en las tres películas posteriores.

La historia pega un salto temporal hasta nuestros días, ubicándose en la ciudad de México, a donde llegan del futuro una mujer mejorada tecnológicamente, de nombre Grace (Mackenzie Davis), con la misión de proteger a toda costa a Dani Ramos (Natalia Reyes), el objetivo de otro ser llegado del futuro, un androide ultramoderno denominado Rev-9 (Gabriel Luna).

Si bien la historia que se narra no presenta nada nuevo, sino más bien es la misma que se ha contado en casi todas las películas de la franquicia, en esta ocasión consigue una mayor dimensión al recuperar la figura de Sarah Connor, el personaje fundamental de las primeras dos películas que vuelve de manera apabullante en esta nueva entrega, convirtiéndose en la piedra angular en las que se recarga esta nueva entrega, con una Linda Hamilton a plenitud interpretando otra vez el papel de su vida, y reencontrándose con la otra pieza fundamental de la saga, Schwarzenegger, a los que se les adiciona de manera positiva una Mackenzie Davis que aporta lo suyo en un personaje que cumple positivamente.

Por el contrario, las actuaciones de Reyes y Luna no consiguen estar a la altura y es ahí donde esta nueva entrega presenta su lado más débil, sin llegar a mermar lo que es la película mejor lograda después de las inmejorables dos primeras entregas, una película que respeta y recupera el espíritu de la saga, efectiva, entretenida y sabe sacar provecho al factor nostalgia para así sumar positivamente, incluyendo además un discurso de empoderamiento femenino y latino.

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