Algunas películas de Hirokazu Koreeda se caracterizan por plantear situaciones dentro de los vínculos familiares, tal como lo hizo en sus filmes previos Nadie Sabe o Still Walking. Ahora se enfoca en lo que representa ser padre.

En De tal padre tal hijo, narra la historia de un matrimonio, Ryota y Midori que, tras 6 años de vivir con su hijo Keita, les anuncian del hospital donde éste nació que han descubierto que su hijo fue cambiado por otro niño. Esta noticia les transformará para siempre sus vidas.

A diferencia de las películas anteriores, en esta ocasión Kore-eda se acerca un poco más al melodrama; las dos familias se conocerán y empezarán a socializar, los primeros viven en un impecable departamento en una lujosa zona de la ciudad y sin problemas económicos, la otra familia vive en los suburbios en una situación más precaria.

El choque cultural y socioeconómico será inevitable, ahí se tendrán que enfrentar a un dilema, continuar así con sus hijos o intercambiarlos. Deciden que el cambio lo harán de a poco, intercambiando a los chicos los fines de semana.

Ahí el relato se centra en Ryota, el tipo profesionalmente exitoso que, al darse el encuentro de los dos chicos con los padres de ambas familias, se dará cuenta que tiene mucho por aprender para convertirse en un querido jefe de familia.

Kore-eda consigue una buena película, un tanto más convencional a lo acostumbrado, pero al mismo tiempo noble y sincera con una interesante mirada a las relaciones paterno-filiales.