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Reaccionario rating:
4
Drama A tragic series of historical incidents is effectively and compellingly revealed in this ugly story about avarice and power struggles in the world of arms sales and politics. The setting is Barcelona at the end of World War I, and the Spanish weapons manufacturer Savolta (Omero Anonutti) is having trouble with union discontent. While he is trying to sell weapons to the French, one of his company representatives is secretly selling to ... [+]
Language of the review:
  • es
December 4, 2016
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La historia de "La verdad sobre el caso Savolta" comienza cuando en una feria del libro vislumbré la novela original de Eduardo Mendoza en la que se basa la presente. Lo que me llamó la atención del volumen fue una especie de etiqueta puesta en la portada con un fragmento del informe de la censura del 14 de septiembre de 1973 en el que se afirmaba que era un "novelón estúpido y confuso, escrito sin pies ni cabeza" relleno de los lances propios de "novelas pésimas escritas por escritores que no saben escribir". A continuación el mismo documento recordaba que "La verdad sobre el caso Savolta" había ganado el premio de la Crítica en 1976. La anécdota pretende resaltar la zafiedad de los funcionarios franquistas, incapaces de reconocer el talento, pero mira tú por donde me fío más del criterio de los primeros que de las loas de los segundos. De todos modos, no la he leído, así que no puedo opinar realmente, pero visto lo que hay no me entran demasiadas ganas, aunque no lo descarto. Sea como fuere lo que tenemos es una película política que retrata la convulsa Barcelona de 1917-1918, con añadidos hasta 1923, concretamente los conflictos entre obreros y empresarios. Lo cierto es que como thriller, si bien un poco lento, no está mal, por ejemplo, me ha gustado el villano principal, Lepprince (Charles Denner) o la ambientación, aunque adusta, está muy bien conseguida. Os vuelvo a confesar que esta época es que me resulta muy atractiva aunque apenas se ve la moda femenina, que es muy bonita, salvo algún retazo en el personaje de Teresa (Stefania Sandrelli). Por ejemplo, ese look de "obrera" en su primera aparición es hasta sexy.

Ahora bien lo que aprueba como simple entretenimiento lo suspende como panfleto político. Ya desde el primer momento se delata en sus intenciones apologéticas del movimiento revolucionario en general y del anarquista en particular. Tiene sorna que los anarquistas acusen a los otros de asesinos cuando no hay movimiento político que haya glorificado más el asesinato que este grupo. Siguiendo con esta línea Antonio Drove nos presenta los años del pistolerismo como una grosera conjura de capitalistas ambiciosos frente a unos pobres obreros, que lo único que hacen es recibir tiros. Al final nos ofrece unas cifras inventadas de víctimas para enardecer a los incautos espectadores. Por supuesto, todo lo que cuenta esta película es esencialmente mentira. Por ejemplo, los anarquistas no respondieron a la violencia patronal sino que fue precisamente al revés, que trataron de defenderse frente a las exigencias de este grupo, empeñado desde hacía años en destruir la sociedad burguesa mediante el terror y el asesinato. Como prueba, los magnicidios cometidos por los ácratas de los presidentes del gobierno Canalejas en 1912 o de Dato en 1921. Aunque no dispongo de datos precisos del número de muertos en Barcelona durante estos años, pudieron llegar casi al millar, al menos la mitad fueron cometidos por los anarquistas, siendo el resto por otros grupos, algunos también revolucionarios o gansteriles o bien que no se han podido identificar. Ya el remate es cuando dicen que "la verdad es siempre revolucionaria". ¡Qué disparate! La verdad lo que es es reaccionaria y la mentira revolucionaria, como ya nos explicó Lenin y además se ve en este film.
Reaccionario
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