Reconozco que la presencia de Nancy Meyers como directora me despertó grandes dudas pues sus últimos trabajos, siempre en el campo de la comedia romántica, los ha resuelto con enorme mal gusto. Sin embargo, ahí tenemos "¿En qué piensan las mujeres?" (2000), así ¿por qué "Tú a Londres y yo a California", remake de la exitosa "Tú a Boston y yo a California" (1961), a su vez adaptación de la novela juvenil "Lottie y Lisa" (1949) del alemán Erich Kästner, no podía ser al menos soportable? Pues lo es, y no sólo esto, sino tierna, moderadamente divertida y simpática, todo bajo la estela de las películas de Disney, por lo menos las más antiguas, aunque el algún momento también puede pecar de tontorrona e infantil, sobre todo al principio. No obstante, es tan ideal que te deja con un buen sabor de boca.

La obra se desarrolla con enorme sencillez, sin lugar para las innovaciones, ni los giros raros pero con la ventaja de que el camino qué sigue es exactamente el que el espectador corriente desea: padres guapos y adinerados, niñas sabias pero buenas, a destacar a una coqueta Lindsay Lohan, por partida doble, que luego se ha echado a perder, sirvientes leales, abuelos entrañables y hasta una villana que no cae mal. Yo viendo ésta me acordaba de "Sin identidad" (2014), la serie de Megan Montaner, en la que la progenitora a descubrir es una "prenda", todo lo contrario que aquí. Romántica y familiar, confieso que la idea central es tan hermosa que el encuentro de hija y madre, la escena con la "mayordoma" también es emotiva, me ha emocionado, no tanto como para llorar pero sí para que se me humedecieran los ojos.