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Reaccionario rating:
5
Adventure. Romance Year 1937. Glendon Wasey is a sleazy, down-on-his-luck con man struggling to sell glow-in-the-dark neckties in Shanghai. When he encounters the lovely Gloria Tatlock, a missionary nurse who wants to obtain a supply of opium to ease the suffering of her patients, he decides to help her get hold of a stolen supply of the valuable drug. The only problem is that a lot of other people want to secure the stolen opium as well—gangsters, ... [+]
Language of the review:
  • es
September 14, 2016
5 of 8 users found this review helpful
Sin lugar a dudas, Madonna es la cantante solista más importante de la música moderna y cuando digo moderna me refiero a todo lo que no sea música clásica. Ya en cuanto al gusto personal tendría una dura competencia con artistas del nivel de Mariah Carey, Whitney Houston, Kylie Minogue o Samantha Fox, pero seguro que estaría en mi top five, aunque no voy a entrar a discutir en qué posición. Pues a pesar de dejarnos un montón de buenas canciones, algunas buenísimas, también se atreve con el cine. Yo por un descuido imperdonable pensé que su carrera por el séptimo arte fue fugaz pero no, tiene también bastantes títulos, desde "Buscando a Susan desesperadamente" (1985) a "Evita" (1996), sin duda su mejor trabajo, pasando por "Dick Tracy" (1990). En esta ocasión la vemos junto a Sean Penn, que en aquellos momentos era su marido, en una película que se llevó bastantes palos, con seis nominaciones a los razzies y un "premio" a la peor actriz para la propia Madonna, que a pesar de todo no se defiende mal en este papel.

Esta "Shanghai Surprise" en una película un poco tontina, una simpática mezcla en tono juvenil de aventuras, romance y cine negro con ambientación chinesca, rodada en las entonces aún colonias europeas de Hong Kong y Macao, que aunque a veces roza el ridículo termina de ser resultona, entre otras cosas por la relación bastante anime entre los dos protagonistas, que ciertamente caen bien, especialmente ella. También ayuda bastante la época y el lugar, Shanghai en 1937-1938, con la ocupación japonesa y el encanto colonial de la rutilante concesión internacional en esta mítica ciudad, todo con un aire a Tintín en "El Loto Azul" o "Indiana Jones y el Templo Maldito" (1984), sumamente atractivo. Y es que por una vez los años 30 desprenden verdadero glamur, cosa que parece obvia pero que raramente consigue reflejarse en el cine. Por ejemplo, Madonna está bastante guapa con ese look de finales de la década. Eso sí, atención a la trama, entre opio y diamantes, que es un poco compleja, como debe ser en el buen cine negro.
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