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Sandro Fiorito rating:
9
7.9
116,939
Animation. Fantasy. Adventure. Comedy. Kids As Andy prepares to depart for college, Buzz, Woody and the rest of his loyal toys are troubled about their uncertain future. After being accidentally thrown away, the toys land in a room full of untamed tots who can't wait to get their sticky little fingers on these "new" toys. It's pandemonium as they try to stay together, ensuring "no toy gets left behind." Meanwhile, Barbie comes face to plastic face with Ken (yes, that Ken).
Language of the review:
  • es
August 26, 2010
10 of 10 users found this review helpful
Quince años después de ser presentados los juguetes más entrañables y famosos del cine, y once desde el lanzamiento de su primera secuela, muchos de aquellos que entonces éramos niños, o muy jóvenes, -sin olvidarnos de aquellos que, con más edad, también se enternecieron con las historias de Woody, Buzz y compañía- volvemos a tener noticias desde el interior de la habitación de Andy, ese niño que tanto disfrutó con sus juguetes y a los que tan bien trató durante tantos años, pero que hoy, como todos nosotros, ha visto pasar el tiempo ante sus ojos y se enfrenta a un cambio que preocupa a sus juguetes: en su caso, la universidad le espera, y obviamente la opción de cargar con Rex, Slinky o el Sr. Patata hasta el campus, sin olvidar a los ya mencionados en líneas superiores, no parece viable.

Tanta batalla durante años para permanecer al lado de Andy y, ahora, adorables juguetes, os debéis enfrentar a la cruda realidad: todos nos hacemos mayores, y los juguetes terminan en el cubo de la basura, regalados o desterrados a algún lugar oscuro y olvidado. Pero, claro, también tenéis la opción de no asumir la madurez de Andy, gracias al hecho de que estáis convencidos del amor que éste os tiene...

Para llamar la atención de su dueño se enfrentarán en esta película a una serie de innumerables peligros, algo que para los que conocemos a estos juguetes no parece preocuparnos, pues ya sabemos cómo se las saben apañar para salir de las situaciones más, aparentemente, irreversibles.

Esta película puede producir nostalgia en aquellos que crecimos recordando a Pizza Planet como el lugar que Buzz interpretaba como la estación interestelar, a Woody como el más férreo defensor de la unión entre los juguetes y su dueño (al que siempre recuerdan todos mirándose la suela del zapato o la parte inferior de su juguete, en la que Andy plasmó su nombre). Recordamos a los Aliens (“nos has salvado la vida”) y su gancho, la cobardía de Rex, la utilidad de la caja de soldados de plástico o la fidelidad de Slinky. Al pingüino Weezy o al matrimonio “por piezas” patata. A la cordura del cerdito-hucha Hamm. A la pizarra magnética, que tan de moda estuvo en su día. A una infinidad de juguetes que muchos tuvimos en nuestra habitación, o vimos en manos de otros. Hay quien vio a sus hijos con ellos, o a otros familiares. Sea como fuere, Toy Story unió corazones y se convirtió, película a película, en una realidad que muchos no quisiéramos ver como ficción.

(Continúa en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
Sandro Fiorito
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