Esta película en blanco y negro retrata la vida suburbana de la periferia de Roma los años de posguerra. Al que no soporte la pobreza extrema no le gustará verla. Me encanta el aspecto que le da a la acción en blanco y negro. Encuentro algunas similitudes con el Plácido de Berlanga. Sobre todo en lo relacionado con la pobreza y con el hambre en clave de comedia. Aunque esta es más trágica y no hay un contraste entre clases sociales.

En ningún momento la película es aburrida o lenta. El realismo italiano es escalofriante, eso sí. Si te gusta identificarte con los personajes que aparecen en las películas no la veas.

Hay algunas escenas que me encantan como la de la pelea de Acattone con el hermano de su mujer. Es interesante como este director te deja con una sensación de pesimismo complaciente en sus películas. Por lo menos Accattone se puede volver a ver, no como Saló. Este director empezó su carrera retratando a lo más pobre de la sociedad italiana para acabar haciendo reflexiones sobre la clase alta y sobre el poder. En ambos casos da una cara mala de sus personajes. Es interesante esta forma de plantear las historias, sin ningún héroe o una figura de referencia, y sin finales felices.