El encanto de Batman reside en su mayor humanidad y vulnerabilidad. Me parece el más interesante de los superhéroes, con trasfondo, caos, complejidad, ¿bisexual?, tormento y sufrimiento.
Nolan ha sabido captar parte de esa oscuridad, y la traslada al climax global como metáfora del mal por el mal. Debemos agradecerle su cariño y generosidad para este personaje, contraste del maltrato recibido por otros célebres, Supermanes o Spidermans, ridículos monigotes en inefables películas de guiones estúpidos y pueriles, merchandisingnados, asfixiaos.

Todos hablan de la performance de Ledger. Joker, apasionante villano. Burton no supo pillar la alegoría del payaso, y lo dibujó demasiado payaso, y sí, a todos nos encandiló el cachondo y gran Nicholson.
Pero ha sido Nolan quien le ha dado el punto psicópata, realmente malvado. Me encantan los villanos psicópatas, la locura, la satisfacción del mal como fin. ¿Cómo luchar contra eso?

De Ledger me debo repetir y remitir a la retahíla de elogios. Tengo la impresión -contraria a la opinión general- de que su muerte puede repercutir injustamente en la valoración de su trabajo. Su interpretación no ha sido sobredimensionada; es realmente acojonante. Lo mejor de este film, rodado con tanta elegancia y adrenalina no gratuita.

Espectáculo y calidad sin precedentes en el género, es evidente. Pero no es redonda.
La evolución de ‘dos caras’ desconcierta, un personaje que merecía ser tratado con mayor profundidad. Excelente hasta el abrupto momento en que se vuelve malo, sin indagar correctamente en por qué.
Eckhard es un siempre solvente actor, de gran presencia y carisma. Muy destacable es su actuación, como la de todo el conjunto, excepto de la chica.

El rostro de Gyllenhaal me da mal rollo, por momentos me inquietaba más que el de Joker. Su presencia me perturba y molesta. Creo que era necesaria una tía buena para ese papel, y no porque la chica del superhéroe no pueda ser fea, pero en tal caso, que no vaya de guapa.

Nolan me ha hecho fan de la saga. Espero con impaciencia e ilusión la próxima entrega. Elucubro sobre nuevas sorpresas. Deseable la presencia de Catwoman, ese gran personaje sobre el que Halle Berry defecó, y con el que Pfeiffer nos deslumbró.