Ellory Elkayem dirige esta última parte de una saga que se inició en 1985 bajo el mando de Dan O'Bannon. Un O'Bannon que espero que no viese en que se convirtió la saga que empezó, y me refiero concretamente a esta última parte donde el nivel definitivamente se fue a pique como el Titanic.

Teóricamente, esta 'Danza macabra' continuaba los sucesos de la anterior que dejaba algún cabo suelto para servir de cebo y realmente es así durante los primeros minutos. Una vez que se empiezan a narrar los hechos que conciernen al filme como tal los guionistas debieron escribir bajo los efectos de las drogas zombi que aparecen porque no se explica la nula conexión entre ambas. A pesar de que repiten personajes, estos son literalmente otras personas (Cody, por ejemplo, era una persona sensata y aquí es idiota), como si no hubiesen vivido todo lo referente a la aventura de la pelicula anterior, cosa que no tiene ningún sentido.

Desde prácticamente el principio se ve que la película está haciendo aguas por todos lados y no tiene salvación. Los actores a pesar de ser los mismos han empeorado, no hay ninguna conexión con la cinta predecesora, a veces los zombis están mal maquillados y solo tiene algo de chicha algunos toques de humor como la mamada mortal o el zombi autoestopista. En definitva, un absoluto despropósito que podía esperar, pero no hasta el punto de tener amnesia y olvidar los hechos de los que se supone que venía prácticamente en su totalidad. Por suerte, dura menos de 90 minutos; si llega a durar más sería hasta dañiño para mi salud.

Así termina una saga de cinco películas en las que las tres primeras se salvaron de la quema con su humor y zombis parlantes en las dos primeras, un Romeo y Julieta en la tercera y un "sí, pero no" en la cuarta entrega en la que parecía que los involucrados sabían lo que hacían, con algunos errores, mas mandaron a donde la espalda pierde su casto nombre todo signo de cine digno en este final denigrante.