Lo que diré ahora es para mucha gente una obviedad, pero puede haber quien no se entere aún: los premios cinematográficos no dictan una verdad absoluta.

Pues hoy hablaré de uno de esos casos. 'El último emperador' ganó multitud de premios en 1988; no creo, una vez visto, que merezca más allá de premios técnicos y banda sonora, tirando muy alto. Esta cinta de Bertolucci muestra la vida del último emperador de China, Pu Yi, hasta su fallecimiento. Y lo que se ve, aparte de la famosa toma del niño jugando, no creo que sea merecedor de tanto premio.

Muestra acertadamente la soledad del poder, las garrapatas que pululan alrededor y la vida triste de su protagonista, aunque creo que sus dos horas y media son excesivas para una historia que se podía haber contado en menos tiempo. En los apartados técnicos le podría dar un notable, así como a su banda sonora; sin embargo, como largometraje en total no pasa de ser una correcta cinta.

Es normal que el que un filme gane premios atraiga al público a verla, si bien siempre hay que opinar por uno mismo y valorar si fueron acertados los miembros del jurado o se fliparon. En este caso, creo que se fliparon un poco.