Average rating
5.8
Ratings
5,620
Reviews
22
Lists
32
Movie recommendations
- Ratings by category
- Contact
- Social Networks
-
Share his/her profile
afrancesado rating:
7
6.4
244
Language of the review:
- es
July 31, 2011
27 of 27 users found this review helpful
Ahora que tenemos más jóvenes españoles que nunca buscando trabajo, retocando y enviando el curriculum cada día, haciendo entrevistas de trabajo absurdas y frustrantes, pensándose si lo mejor es pagar un ojo de la cara por un máster después de 5 años de carrera, o jugándoselo todo en las oposiciones. (*)
Ahora que ya apenas existe cine “social” español; no es casualidad que la última gran ola de de películas sobre desempleados y marginación social fuera a finales de los 90 y principio de los 2000 cuando la economía iba bastante bien, y en cambio con una crisis económica de las que hacen época el género en cuestión ya no interese a nuestros cineastas de "Hay Motivo".
Precisamente ahora no estaría de más rescatar del olvido a esta película española, tan estupenda como desconocida. “El espontáneo” es un eco del neorrealismo italiano que ya había quedado atrás hacía casi diez años en el país alpino, pero también es una película muy española en su contenido, un retrato urbano del Madrid de los 60 y sus clases humildes, de sus jóvenes, sus calles y sus bares.
Y es que los 60 fueron una buena época de crecimiento económico, había trabajo como se puede ver en la película, pero nuestro protagonista Paco, un chaval sin estudios porque tuvo que ponerse a trabajar para echar una mano en casa, no se conforma con ganar calderilla de limpiacoches en una gasolinera, o con la cubeta y el rodillo (hilarante escena cuando acaba intercambiándose insultos con un pintor después de hablar sobre cuánto se gana al mes en su oficio; y no será la única escena de madrileños insultándose por la calle o en las taquillas de las Ventas, para disfrute de los aficionados a la filología de la jerga coloquial).
Para Paco todo en la vida es cuestión de echarle cara y ser valiente, como presentarse a una audición para actor saltándose una cola de cientos de chavales como él, ir a una entrevista de vendedor de perfumes sin la experiencia que pedían en el anuncio, o conseguir un trabajo de antenista también mintiendo sobre su experiencia. Pero nada termina de salirle bien hasta que finalmente da con la idea que mejor se ajusta a sus ambiciones, ser torero. O mejor dicho, saltar al ruedo.
La película es sociológica hasta la médula, tanto que a veces asombra por la inteligencia y el detallismo de su análisis y su incalculable valor como radiografía social. En general se puede decir que todos los personajes son un producto y reproducción de su entorno.
(sigo en spoiler)
Ahora que ya apenas existe cine “social” español; no es casualidad que la última gran ola de de películas sobre desempleados y marginación social fuera a finales de los 90 y principio de los 2000 cuando la economía iba bastante bien, y en cambio con una crisis económica de las que hacen época el género en cuestión ya no interese a nuestros cineastas de "Hay Motivo".
Precisamente ahora no estaría de más rescatar del olvido a esta película española, tan estupenda como desconocida. “El espontáneo” es un eco del neorrealismo italiano que ya había quedado atrás hacía casi diez años en el país alpino, pero también es una película muy española en su contenido, un retrato urbano del Madrid de los 60 y sus clases humildes, de sus jóvenes, sus calles y sus bares.
Y es que los 60 fueron una buena época de crecimiento económico, había trabajo como se puede ver en la película, pero nuestro protagonista Paco, un chaval sin estudios porque tuvo que ponerse a trabajar para echar una mano en casa, no se conforma con ganar calderilla de limpiacoches en una gasolinera, o con la cubeta y el rodillo (hilarante escena cuando acaba intercambiándose insultos con un pintor después de hablar sobre cuánto se gana al mes en su oficio; y no será la única escena de madrileños insultándose por la calle o en las taquillas de las Ventas, para disfrute de los aficionados a la filología de la jerga coloquial).
Para Paco todo en la vida es cuestión de echarle cara y ser valiente, como presentarse a una audición para actor saltándose una cola de cientos de chavales como él, ir a una entrevista de vendedor de perfumes sin la experiencia que pedían en el anuncio, o conseguir un trabajo de antenista también mintiendo sobre su experiencia. Pero nada termina de salirle bien hasta que finalmente da con la idea que mejor se ajusta a sus ambiciones, ser torero. O mejor dicho, saltar al ruedo.
La película es sociológica hasta la médula, tanto que a veces asombra por la inteligencia y el detallismo de su análisis y su incalculable valor como radiografía social. En general se puede decir que todos los personajes son un producto y reproducción de su entorno.
(sigo en spoiler)
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
View all
Spoiler:
Es difícil encontrar otra película parecida en toda la filmografía española. Quizás algunas mucho más recientes como “Barrio” de Aranoa serían la mejor referencia, pero películas como “Barrio” en el fondo son deprimentes y muy grises, mientras que “El espontáneo” es algo más vitalista, aunque hay momentos para la frustración, los personajes tienen desde luego ganas de vivir, o sobrevivir, de trascender aunque sea a través del dinero y la posición social, o simplemente de ligar o pasarlo bien con los amigos perdiendo el tiempo y haciendo el gamberro.
Claro que la película también tiene algunos momentos irregulares, momentos que podrían hacernos sospechar que nos encontramos ante una “españolada” más, por ejemplo todo el principio innecesariamente largo y vendiendo el morbo de una turista guiri borracha insinuándose a un botones recién salido de la pubertad, pero son solo unos pocos momentos que acaban diluidos dentro de un conjunto estupendo.
Nota: 7
(*) Y cuántos jóvenes de los que hoy tienen trabajo están desencantados de oficinistas y administrativos, echando horas extras sin cobrar ni cotizar, y es que nos llegamos a creer el cuento de que trabajar en una oficina es mejor que trabajar con las manos, y es mentira, a igualdad de salarios ser oficinista es igual de alienante que ser albañil o trabajar en una fábrica, o más incluso; ya lo decía Marx, la alienación la determina el trabajar para otro y el hacer tareas aburridas y repetitivas, el trabajador se convierte en un extraño a su propio trabajo y a si mismo, el que odia su trabajo se odia a sí mismo. Un círculo vicioso que solo lo puede compensar el dinero y el ocio. Pan y circo.
Claro que la película también tiene algunos momentos irregulares, momentos que podrían hacernos sospechar que nos encontramos ante una “españolada” más, por ejemplo todo el principio innecesariamente largo y vendiendo el morbo de una turista guiri borracha insinuándose a un botones recién salido de la pubertad, pero son solo unos pocos momentos que acaban diluidos dentro de un conjunto estupendo.
Nota: 7
(*) Y cuántos jóvenes de los que hoy tienen trabajo están desencantados de oficinistas y administrativos, echando horas extras sin cobrar ni cotizar, y es que nos llegamos a creer el cuento de que trabajar en una oficina es mejor que trabajar con las manos, y es mentira, a igualdad de salarios ser oficinista es igual de alienante que ser albañil o trabajar en una fábrica, o más incluso; ya lo decía Marx, la alienación la determina el trabajar para otro y el hacer tareas aburridas y repetitivas, el trabajador se convierte en un extraño a su propio trabajo y a si mismo, el que odia su trabajo se odia a sí mismo. Un círculo vicioso que solo lo puede compensar el dinero y el ocio. Pan y circo.