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play it again Sam rating:
7
Comedy. Drama. Romance Steven Russell (Jim Carrey) leads a seemingly average life—an organ player in the local church, happily married to Debbie (Leslie Mann), and a member of the local police force. That is until he has a severe car accident that leads him to the ultimate epiphany: he's gay and he's going to live life to the fullest—even if he has to break the law to do it. Taking on an extravagant lifestyle, Steven turns to cons and fraud to make ends meet ... [+]
Language of the review:
  • es
August 20, 2010
18 of 20 users found this review helpful
Salir de esta película criticando la histriónica actuación de Jim Carrey es de cabestros. Si no le aguantas y te saca de quicio cada mueca, no entres en la película y punto. Porque Carrey es lo que es. Te puede gustar, puedes sentir indiferencia ante el o te puede producir sentimientos sanguinarios e impulsos asesinos. Yo entro en la 2ª categoría, por tanto mi indiferencia me permitió verla con tranquilidad y contribuyó por ello a mi disfrute.

En los tiempos que corren en los que las palabras «sentido del humor» se desvanecen hasta perder su significado, corriendo el riesgo de perderse por completo y caer en el olvido, películas con valentía y tan arriesgadas como esta se agradecen. Pues no buscan el humor absurdo ( o el NO SENTIDO DEL HUMOR), sino que busca comunicarse a traves del humor negro o irónico. Con esto no digo que lo consiga, pero el simple echo de intentar contar una historia de esta manera, ya tiene su merito. Sin embargo, lo consigue en varios momentos de la película. Sobre todo los primeros 20 minutos , divertidísimos. Luego el ritmo decae hacia lo trágico y nos metemos en una especie de montaña rusa que va de la comedia al drama y viceversa en cuestión de segundos. McGregor, magnífico. En su punto, como la carne, ni poco echa , ni pasada. Yo también le quiero.

En resumen una buena historia, contada con valentía y con dos buenas interpretaciones. Todo ello acompañado por una música muy bien elegida. Y donde , independientemente de los brotes asesinos que te puedan florecer a causa de Carrey, también corres riesgo de enfurecimiento repentino debido a las constantes imágenes congeladas que nos regalan cada dos por tres los directores. Quitando eso, o pasándolo por alto, nos queda una película entretenida y bastante divertida en ocasiones. Y eso es decir mucho a día de hoy. Phillip Morris... yo también te quiero.
play it again Sam
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