El guionista de Traffic asume las labores de dirección trasladando un guión basado en la novela de Robert Baer, un ex-agente de la CIA que durante años trabajó para su gobierno en Oriente Medio haciendo el trabajo sucio convencido de que estaba ayudando a que su país fuese un lugar más seguro.

En la película no sólo se narran las experiencias de Baer, encarnado por un correcto George Clooney oscar incluido, sino también la complicada relación que hay entre los intereses económicos de las grandes empresas petrolíferas y el terrorismo islámico. Los abusos que dichas empresas provocan en los países productores de crudo originan personas a las que se les explota miserablemente y son caldo de cultivo ideal para convertirse en terroristas fanáticos.

El argumento de Syriana es ambicioso y complejo, trata de mostrar la expeditiva manera de actuar de los grandes hombres de negocios para salirse con la suya cuando ven amenazados sus intereses. Están dispuestos a lo que sea con tal de conseguir lo que quieren, así por ejemplo en la película, cuando los intereses comerciales de dos poderosas empresas petrolíferas se ven amenazados en un país de Oriente Medio por las aspiraciones de democratizar el país de su príncipe heredero, no dudarán en presionar a su anciano progenitor y azuzar la hostilidad de su inepto hermano, más proclive a los intereses americanos, para derrocarle y poner fin a su reciente trato con los chinos quienes le han hecho una oferta más favorable. Aquí entran en juego los servicios secretos americanos quienes a través de mentiras y manipulaciones hacen creer a la opinión pública de que dicho príncipe es en realidad un patrocinador del terrorismo integrista. Al mismo tiempo, abogados y funcionarios sin escrúpulos están dispuestos a dejarse corromper para favorecer los intereses de las petroleras a cambio de ingentes cantidades de dinero.

La historia resulta interesante a la vez que confusa debido a la multitud de personajes y lo intrincado de los temas que trata. No es fácil de entender y hay que verla con los cinco sentidos puestos sabiendo de antemano que no se trata de un simple pasatiempo. A grosso modo se entiende bastante bien la idea de lo que quiere transmitir pero aún así hay detalles que se me escapan, sobre todo los aspectos jurídicos de los que hablan los abogados que debido a mi ignorancia en estos temas me suenan a camelo. Me fastidia no comprender al cien por cien lo que me cuentan pero muchas veces hay que estar versado en los temas de los que se hablan porque si no no te enteras de nada. Le hubiese puesto más nota si su argumento fuera más digerible.