El ejército de las tinieblas es la última entrega de la trilogía iniciada por Sam Raimi con Posesión infernal a la que le siguió Terroríficamente muertos. En esta ocasión Bruce Campbell tendrá que enfrentarse a hordas de esqueletos y muertos vivientes que salen de sus tumbas cuando recita mal unos pasajes del libro de los muertos, el Necronomicon. Para mi gusto esta tercera entrega es la mejor de todas. Está hecha con más medios y es más ambiciosa. Empieza resumiendo brevemente los acontecimientos de las dos primeras partes. A continuación el protagonista es transportado en el tiempo hasta la Edad Media. Allí impondrá su ley gracias a su rifle y a la motosierra que lleva acoplada en la mano que se amputó anteriormente. Pero si quiere volver a su época deberá localizar el necronomicon y recitar las palabras mágicas: Klaatu, verata, nikto. Sin embargo, no las pronuncia bien y se desatan las fuerzas del averno.

Dirigida con un ritmo endiablado, la película se ve en un suspiro e incluye escenas de humor descabellado en la linea de las dos primeras. El presupuesto más elevado permite escenas más espectaculares como el ataque de los esqueletos al castillo o el enfrentamiento con la bestia del pozo. Los efectos especiales son ingeniosos y divertidos aunque algunas escenas son un poco cargantes. Como el enfrentamiento del protagonista contra sí mismo en el molino. Si te gusta el humor grotesco y exagerado ésta es tu película, aunque a veces el estilo de Raimi desconcierte un poco.