A comienzos de los setenta el IRA se mostró muy activo con varios atentados muy sangrientos en pleno Londres. La opinión pública soliviantada exigió la cabeza de sus responsables y la policía y la justicia británica hicieron pagar el pato a unos jóvenes irlandeses que se encontraban por allí en el momento equivocado. De esta manera bajo tortura y amañando pruebas se les declaró culpables y se pasaron quince años en prisión por un delito que no habían cometido hasta que una decidida abogada reabrió el caso, destapó el complot y consiguió hacer justicia.

La película está basada en una historia real que conmocionó al mundo entero y se adaptó al cine de la mano del irlandés Jim Sheridan en la que es su mejor obra. Para ello con un excelente guión entre manos reunió a un elenco de actores de primera encabezados por Daniel Day-Lewis quien otra vez lo dio todo en una interpretación de recibo. Pero también destaca el trabajo del gran Pete Postlethwaite, un secundario de lujo de enorme talento que a partir de este trabajo, recompensado con una nominación al Oscar, logró hacerse un hueco en el mundo del cine. Y no puedo olvidarme de Emma Thompson actriz comprometida defensora de las causas perdidas que encaja muy bien en el papel de abogada. Otro de los puntos fuertes de la película es su banda sonora, desde el impresionante tema de Bono "In the name of the father" pasando por los temazos setenteros que suenan a lo largo del film.

En definitiva un título imprescindible de los noventa que denuncia la parcialidad y la corrupción de la justicia inglesa en un caso especialmente sangrante teniendo en cuenta que uno de los familiares murió en prisión sin que se le reconociera el agravio cometido. Todo está contado con rigor y profesionalidad en una historia interesantísima que te atrapa desde el primer minuto y debe verse.