Lo que se plasma en esta película realmente es la vida que todos deseamos: pensar egoístamente y tener mucho dinero. Los efectos secundarios son que tu propia hija acabe por rechazarte, que tu pareja te haya abandonado y que, debido a tu maquiavélica mente, tus hermanos y parientes te odien aunque te tengan miedo y hagan siempre lo que tú decides.
Esto es lo que nos da esta película y su alta puntuación se debe a la calidad y crudeza con la que se nos muestra todo lo dicho en el párrafo anterior. La forma de mostrarlo la ejecuta la inmensa Bette Davis bajo la batuta del gran Wyler. Simplemente con estos dos nombres, ha de salir algo magistral.
Por tanto, recomiendo su visionado. Le doy un 8 ALTO, venga, un 9.