Pero finalmente lo que daba que pensar, es una mentira sutil que deja cierta desazón, pues no dice nada ni al comienzo ni al final, pero al menos, curiosamente, el "vacio" del ambiente y del personaje hacen pensar en algo que lo llene, y aunque simplemente el vacio se queda, anima a seguir pendiente de lo que pueda ocurrir.

A nivel de actuaciones, merece cierta mención la de su protagonista (James Franco), que si bien recuerda quizás demasiado a rol de James Deam y su rebelde sin causa, se hace creible. En un segundo, o quizás tercer plano, situaría a una especie de castigador con "buen corazón" (Martin Donovan) que tiene un importante papel; pero al final se queda en poca cosa, pues no acaba de transmitir nada relevante.

El final, me deja tan "indiferente" como a los personajes, y gracias a la atmósfera creada en la primera hora, hace que merezca la pena lo demás, y se hace hasta recomendable para quien guste de personajes sin rumbo y con tencencia a buscarse problemas; pero sin ser en conjunto nada destacable.