Bruce Wayne es un joven opulento que pierde a sus padres a manos de un delincuente. Gotham, de hecho, es la ciudad del crimen, y aunque gente como la mejor amiga/crush de Bruce, Rachel, intenta acabar con ello a través de la justicia, cuando Bruce se da cuenta de lo corrupto que es todo (en manos del mafioso Falcone), se pira al monte a aprender a ser un ninja a manos de Ra's al Ghul. Pronto los métodos de Ghul, despiadado con el criminal y con ganas de quemarlo todo para que surja algo de las cenizas, chocan con los de Wayne, que acaba... quemándolo todo, de hecho.

Wayne vuelve a Gotham, convierte sus miedos en su punto fuerte y se disfraza de Batman para acabar con Jonathan Crane, un psiquiatra que hace que los criminales vayan al sanatorio de Arkham en lugar de a la cárcel gracias a sus drogas. El plan de Crane, que trabaja para Ghul, es drogar a todo Gotham para que se vuelvan locos y la ciudad caiga. Bla bla bla, Batman es Batman y lo evita y es guay.