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Spain Spain · Barcelona
Eduardo rating:
4
War Irish Colonel Charlie McPhearson has just had his platoon of twenty-eight slaughtered by German troops. Angered at his superiors for this suicide mission, he takes convicts on his next, along with fornicating American explosives technician Major Burke, to defuse underwater mines so that a commando squado can prepare for a June 10 invasion to destroy a tank gun. Because Colonel Ackerman, whose troops killed his last platoon, is the ... [+]
Language of the review:
  • es
July 5, 2018
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Hace poco comentaba otra película de Umberto Lenzi, hombre para todo, De Dunquerque a la victoria, en la que gozaba de mayor presupuesto y podía trabajar con saldos de Hollywood. La brigada de los condenados es una pobretona imitación de Doce del patíbulo, a la que añadieron unas gotas de Los cañones de Navarone y una chispa de El día más largo. Lo de siempre: un brutal y expeditivo coronel ha de llevar a cabo una misión suicida, y sólo tiene a mano una caterva de patibularios a los que arrastra en su locura. Pero como el presupuesto, en este caso, no era para tirar cohetes, reducimos los efectivos a media docena y asunto concluido. El coronel de marras es, cómo no, Jack Palancas, el Rey de la Mueca, en otra muestra más de su desdichado paso por el cine europeo. Hay qué ver la cantidad de basuras que rodó sin el menor recato, de todo tipo de géneros. No quiero ni recordar la Justine de Jesús Franco, tal vez su aparición más extravagante y lamentable. Como la pasta no daba para más, sólo le acompaña una estrella en declive, Curd Jürgens, señalado por algunos críticos como uno de los peores actores de la historia. Hombre, no era Laurence Olivier, pero yo siempre le tendré cariñito por aquel Miguel Strogoff de Carmine Gallone que iluminó una tarde de mi infancia (debía ser mala, imagino, pero Verne para mí era Dios). Siguiendo con lo de la pobreza, en todos los sentidos, de imaginación, de entusiasmo, de vestuario, de armamento, lo que queráis, la banda sonora de Marcello Giombini es cochambrosa, y el gran Alejandro Ulloa no pudo hacer gran cosa con aquella planificación ramplona y convencional.
A título de curiosidad, reseñar que en el guión participó Dario Argento, un año antes de lanzarse a la realización con El pájaro de las plumas de cristal.. Tranquilos, porque no se nota en absoluto su impronta.
Eduardo
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