El reparto, que en un principio podría adscribirse a la corriente de la blaxploitation, tan cara a Tarantino, por el color de sus dos protagonistas (Jim Brown, musculoso jugador de fútbol estadounidense que pasó después al cine, tras debutar en Rio Conchos, y Diahann Carroll, sensual depredadora conocida sobre todo por Dinastía), es algo más que eso, sin llegar a ser una gran película. Para empezar, se basa en una novela de Donald E. Westlake, en este caso con el sinónimo de Richard Stark, un tipo que escribía notablemente bien y cuyas obras han sido llevadas con cierta asiduidad a la gran pantalla (A quemarropa, Payback, Parker). Para continuar, la banda sonora es de Quincy Jones, muy jazzy y refrescante, y la fotografía corre a cargo del gran Burnett Guffey, en este caso fea, televisiva y llamativa. Pero fijaos en el reparto: tres tipos a punto de dar el gran salto (Gene Hackman, Donald Sutherland, Warren Oates) y cuatro veteranos de relumbre (Julie Harris, Ernest Borgnine, Jack Klugman y James Whitmore). Un reparto de lujo que ayuda a olvidar la mediocre realización de Gordon Flemyng, un realizador que enseguida fue absorbido por la televisión. Aparte de ser testimonio de una forma de hacer cine periclitada, El reparto todavía mantiene un buen ritmo y unas escenas de acción trepidantes. Un honrado divertimento.