Pues eso... Acostumbrado como estoy al terror del cine moderno -salvo algunas excepciones esperanzadoras de Oriente y alguna sorpresa de este lado del charco- que, nunca mejor dicho, es para salir corriendo y no, precisamente por la aprensión que provoca; me he dado de bruces con este film. Tenía muchas esperanzas puestas en esta película y la verdad es que se cumplen con creces. Tiene fallos, algún detalle que no encaja suavemente pero da igual porque Plaza y Balagueró consiguen adentrarte en ese pequeño universo de una comunidad de vecinos de Barcelona sin problemas. Es más, te implican de tal manera que tú formas parte del equipo técnico que van a grabar a ese edificio. Prepárate porque no acabarás de saber dónde te esperan... Si subes malo; si bajas, peor. Un clásico del cine de terror desde ya.