Tercera (y de momento última, aunque parece que en 2012 o 2013 otra entrega verá la luz) parte de las aventuras de 'Austin Powers', ese curioso agente internacional.

El guión de Michael McCullers es, sin duda, el mejor de la saga en lo que a historia se refiere. Aunque las bases siguen siendo las mismas, el guionista arroja luz sobre la poco conocida vida de los personajes. Eso por una parte es bueno, pero por otra es un gran error. Es bueno en términos cinematográficos, pero esta saga no se caracteriza precisamente por su calidad técnica. Sorprende que Mike Myers, en su faceta de productor, dejara que se le fuera de las manos lo que podría haber sido un espléndido complemento. Jay Roach dirige por tercera vez y baja sensiblemente el listón. Los gags repetitivos (si, critico lo repetitivo en esta franquicia y estoy siendo redundante) acaban por perder gracia, y los balazos de humor de pocos segundos de duración no aparecen. En su lugar, tenemos unas escenas largas que pierden fuelle con facilidad y que, una vez deshinchadas, no se recuperan. A favor, decir que la escena de inicio es fantástica.

Mike Myers en esta ocasión vale por cinco (solo bajo los focos, ya que contribuye en el guión y co-produce, también). Fantástico en su nuevo papel de 'Miembro de Oro' y a un nivel alto en el resto, al que ya nos tiene acostumbrados. Michael Caine es un actor SV (seguro de vida), porque es infalible y hace crecer incluso el más superficial de los papeles. Beyoncé es cantante y está como un queso, pero hasta ahí. Su interpretación no es tampoco tan baja como las de chicas que cobran por esto (como por ejemplo Michelle Rodríguez), pero no creo que se lleve un Oscar, a no ser que a Eastwood le dé por dirigirla. Verne Troyer gana protagonismo "real" y pasa de ser un divertidísimo personaje de apoyo y relleno a uno relevante en la trama, y cumple. Seth Green también crece y demuestra, más incluso que en las dos películas anteriores, que disfruta haciendo este cine. Los cameos de Tom Cruise, Gwineth Paltrow, John Travolta, Kevin Spacey y Danny DeVito, son la leche.

Resumiendo, que es gerundio: la última película del agente internacional menos misterioso, no llega al aprobado. La chabacanería de las películas anteriores se diluye y surge un continuo efecto deja vu que no ayuda en nada a la risa descontrolada. Personalmente, creo que la fórmula podría haberse estirado más y mejor, pero 'Austin Powers' se despide (de momento, al menos) con su película más floja. No obstante, hay oportunidades para reir a lo loco. Pero aprovéchalas, que no son muchas.