Hay pocas películas como Very Bad Things. Digamos que lo de la despedida de soltero a lo bestia está muy visto hoy por hoy, pero no como lo vemos aquí.

Peter Berg debuta en la dirección con una película tremenda. El neoyorquino escribe el guion para poder dar paso con las cámaras a situaciones que no dejan indiferente a nadie. Berg sabe cómo hacer para calar en el espectador y lo hace tanto en la parte cómica como en la trágica. Se inventa una historia disparatada pero logra que el espectador llegue a creer todo lo que está viendo en pantalla gracias a que, en poco más de hora y media, el frenético ritmo que imprime en la película no deja tiempo para pensar en los agujeros del guion, que los hay y bien gordos. Ahí es donde está todo lo bueno y todo lo malo de la película, podría decirse. Aunque el argumento es más bien pobre y, llegado a un punto, se mueve bajo la inercia del primer giro argumental, su desarrollo trepidante hace que no pensemos en cómo hemos llegado a cada situación sino en cómo salir de ella.

El reparto es, cuanto menos, curioso. Jon Favreau (sí, el de Iron Man) es en cierto modo el protagonista, aunque sea solamente porque la historia gira en torno a él. Su trabajo es más que aceptable. Christian Slater se siente como Dios siendo el rey del mambo y eso se nota en su trabajo, mucho más afinado que de costumbre (algo no muy difícil, dicho sea). Jeremy Piven forma una curiosa pareja (ejem) con Daniel Stern, rindiendo los dos a un buen nivel, aunque Stern tiene destellos de auténtico genio. Leland Osler, enrolado en el papel de "rarito" que tanto ha trabajado a lo largo de su carrera, está a un nivel tan bueno como de costumbre. Por último, el reparto lo cierra Cameron Díaz, una actriz que hasta cuando hace de zorra (Bad Teacher) o de psicótica (en la película que nos ocupa) resulta encantadora.

Resumiendo, que es gerundio: Very Bad Things es algo así como una película de culto, aunque se diferencia de la mayoría de producciones que llevan esa etiqueta en que ésta tiene un presupuesto bastante decente y un reparto conocido. Con un clímax que empieza a los 20 minutos de película, es complicado aburrirse con ella.