Pese a que Chuck Norris empezó un serio declive en los años noventa en cuanto a producciones cinematográficas, sólo solucionado con su salto a la televisión gracias a la archiconocida "Walker Texas Ranger", y que la Cannon Films había entrado poco menos que en liquidación debido a los desmanes de los primísimos Golan y Globus, productora y actor pudieron darnos en 1991 un entretenido filme de acción de los de la vieja escuela.

Me gustan mucho las escenas nocturnas de esta película. Esas luces de la ciudad, con sus rascacielos, el tono frío y azulado, la niebla y el vapor que emanan las alcantarillas, el silencio de cuando todos duermen salvo la delincuencia... Es el mejor punto de la película y es una pena que no se desarrolle completamente en ese ambiente, ya que las escenas diurnas dejan en bastante peor lugar a la cinta, con una estética mucho más telefilmesca.

Otro acierto reside en lo violenta que es la película. En 1991 todavía no se andaban con chiquitas y el bueno de Chuck, luciendo un mullet un tanto pasado de época por aquel entonces, no tiene reparos en reventar a maleantes con una recortada de una potencia tremenda, ofreciéndonos buenos primeros planos de disparos con picadillo y sangre por todas partes.

La historia está mil veces vista y es lo de menos. Tenemos a un tío listo en una misión muy personal capaz de poner patas arriba al crimen organizado de la ciudad. En cierto punto me recuerda al "Ejecutor" de Schwarzenegger. También es positivo encontrarse con un héroe que en algún momento puede pasarlo mal. Se habla mucho a modo de broma de la invencibilidad de Norris en su filmografía, pero no es algo del todo cierto. En ese aspecto, es mucho más egoísta el papel de gente como Steven Seagal, incapaz de aceptar que sus personajes pueden ser heridos de gravedad en algún momento (si exceptuamos "Difícil de matar"), apalizados, o mostrando un mínimo de vulnerabilidad.

No estamos ni mucho menos ante un peliculón. Es mala de hecho, pero cumple con su cometido. Como punto negativo podemos hablar de que se echa en falta más acción, peleas (aquí Norris lo basa todo en el uso de armas de fuego) y un aspecto pobre cuando la cinta se aleja de la estética ofrecida en sus primer tercio.