En un trayecto que va desde Nueva York a la legendaria ruta 66, una joven inicia un inolvidable viaje a través de América en busca del amor verdadero después de un fracaso sentimental. En el camino se encuentra con una serie de enigmáticos personajes que le ayudan en su búsqueda. Descubrirá otras historias de amor quizá tan tristes como la suya.
Después de tanto tiempo, My Blueberry Nights se estrena en España. Sin sorpresas: emociones, miradas, colores, sentimientos desbocados, metáforas visuales y verbales, imágenes cuidadas con mucho mimo... La aventura americana de Kar-Wai es una película hipnótica, toda una experiencia emocional.
El tiempo se detiene y vivimos permanentemente en la noche. Cuando el insomnio se apodera de Elizabeth, nosotros olvidamos nuestros propios problemas. Kar-Wai nos habla del amor y el desamor, del alcoholismo que intenta ahogar el dolor más profundo, del miedo a que el amor duela, de vivir el momento. Historias confusamente entremezcladas entre sí, enterradas en canciones roncas, en luces de neón, en miradas que deben sustituir a las palabras. Wong Kar-Wai nos transmite el lenguaje de su cine al sueño americano (y occidental) sin forzar la narración ni alejándose de su emotividad como autor.
¿Visión americana de un director chino? Más bien es un retrato de sentimientos universales, como es el lenguaje de los besos. Una puerta que se cierra y otra que se abre, las llaves que nos dejan un poso de esperanza. Todos nos hemos sentido alguna vez como la pobre tarta de arándanos.
My Blueberry Nights me hace sentir bien (aunque con cierta sobredosis de azúcar). "Quizá haya alguien especial esperándome". Eso fue lo primero que recordé una vez se encendieron las luces, y recordé a quien me lo dijo. "Es verdad que a veces cruzamos la calle por el camino más largo. Todo para volver a principio y descubrir lo que hasta entonces no habíamos apreciado, transformados en personas completamente diferentes". Qué razón tienes, amigo.