O todo está inventado, que lo dudo, o encontrar un buen guión es cada vez tarea más ardua. Para encontrar una gran película es preciso ver antes unas docenas de bodrios. No es este el caso pero sólo salvo algunas frases y escenas brillantes que no consiguen hilvanar esa película que pase a la historia, esos diálogos inolvidables que confieran al argumento el calificativo de intemporal, por lo que automáticamente cae dentro de la categoría de "película para distraerse" o "película veraniega".
Algúna experiencia infantil con monstruos peludos y de garras afiladas, hubo de tener el director para convertir el asunto en algo recurrente en sus películas.
Interesante fotografía y trabajo de los dos protagonistas y de algunos secundarios.