Juego de Tronos pasará a la historia, a pesar de todo, como la mejor serie de la edad dorada de las series de principios del siglo XXI.

Juego de Tronos son 3 cosas: Su historia, basada en las novelas de George R.R. Martin, sus actores de altísima talla, y finalmente la calidad técnica de la serie.

La serie caló por adaptar una saga de novelas épicas y de fantasía donde el autor mostraba sin ningún tipo de limitación el lado más oscuro y sórdido del ser humano a nivel sexual, violento y de ambición. Iniciamos la serie con todo tipo de incestos, prostitución, violaciones, relaciones sexuales y desnudos explícitos. Muertes sangrientas, crueles, inesperadas e inmensamente dolorosas. Y todo tipo de acciones para ganar poder, dinero y nivel social. Pero todo eso, va cayendo a medida que avanza la serie, hasta hacerlo anecdótico y destacable a medida que se va acercando el final de la historia y especialmente cuando los guionistas dejan de tener los libros del autor para guiarse.

Los actores mantienen su calidad en todas las temporadas. Son brillantes y consiguen transmitirnos lo que está ocurriendo. No sería descabellado decir que son lo mejor y lo más constante en la serie. Aunque es difícil destacar a unos actores por encima de otros por el fantástico trabajo de todos y cada uno de ellos. Pero si puedo destacar a uno de ellos - insisto, con el brillante trabajo de todos los demás - me quedó con el asombroso trabajo de Peter Dinklage, capaz de ponerme la piel de gallina en muchísimas ocasiones. Su mirada, su expresión, de pánico en algunos momentos, de desconcierto en otros, de tristeza y astucia en muchos, es una maravilla y creo que me costará encontrar bastante tiempo una interpretación que me deje tan encantado.

Finalmente, la calidad técnica de la serie, sus formas, donde podríamos incluir el cuidado de los detalles o, más allá de la historia, como la historia es estructurada y explicada, los efectos especiales, la calidad de la fotografía o la coherencia de lo narrado, es muy buena siempre, pero también decae a lo largo de la serie, acelerando alarmantemente en la séptima temporada y haciéndose insoportable en muchos momentos de la octava, vasos de café y botellas de agua incluidas.

¿Qué quiere decir esto? Que Juego de Tronos es una gran serie, la mejor de su época, pero no es la serie perfecta, por desgracia. Que si bien algunas cosas se mantienen en un nivel excelente durante toda la serie, algunas decaen, dejando una sensación agridulce al finalizar toda la serie.

Y finalmente llega la cuestión de cómo ha sido zanjada la historia. ¿Es el final adecuado? ¿Es correcto? Y ahí es donde yo me acuerdo de la canción de M-Clan:

"No es un final feliz, tan solo es un final".

Pues eso, una de las infinitas formas de acabar la serie. Con toda seguridad no es la mejor, y probablemente tampoco sea la peor. ¿La queríais acabada? Pues acabada queda. No llega al nivel del desastre de "Perdidos", pero, en fin, acelerado y bastante "chin pum".