Alain Resnais demuestra en esta película sus cualidades para la comedia. Narra una historia sencilla, en la que chocan la cultura norteamericana y la francesa, la primera dada a confesar sus debilidades y la segunda dada a explicarlas, según Resnais. El choque inicial disgusta sobremanera al padre de Elsie, que acaba de llegar de Cleveland para asistir a la inauguración de una exposición colectiva de caricaturas que incluía obras suyas y de otros autores, y para visitar a su hija. Incómodo y deseando regresar a su país dice, ante un grupo de personas que no entienden su inglés, la frase "I want to go home", que da título a la obra. Sin embargo, las atenciones inesperadas y espontáneas que recibe de los habitantes de un pueblo cercano a la residencia de la madre del profesor Gautier y las que recibe de ésta le hacen cambiar de opinión, lo que le permite descubrir su amor por la Sra. Gautier y las delicias de la vida en pareja con ella en un castillo de cuento de hadas. Entretanto, su hija Elsie, cansada de tratar de despachar con el profesor Gautier el borrador de su tesis doctoral sobre Flaubert, sin conseguirlo, decide regresar a Cleveland. En el avión que la lleva de París a Nueva York entabla amistad con un norteamericano que ocupa un asiento próximo al suyo, pese a que es caricaturista, como su padre. El guión y los diálogos, a cargo de Jules Feiffer, se desenvuelven con fluidez, desenfado e ironía. Es excelente la iluminación, la composición de los escenarios y la fotografía, dirigida con mano experta por Charlie Van Damme. La interpretación de Gerard Depardieu, Adolph Green y Linda Lavin destacan por su naturalidad, su sobriedad y su corrección. La banda sonora incluye media docena de canciones de Cole Porter y diversas melodías de Gershwin. La obra obtuvo el premio al mejor guión y a la mejor película del Festival de Venecia de 1989.