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Spain Spain · malaga
alvaro rating:
6
Comedy. Thriller. Action Broadway gambler Gloves Donahue wants to find who killed the baker of his favorite cheesecake. He sees nightclub singer Leda Hamilton leaving the bakery. When her boss Marty's partner Joe is murdered, Leda and her accompanist Pepi disappear. It turns out that beneath all the mystery is a gang of Nazi operatives planning to blow up a battleship in New York harbor.
Language of the review:
  • es
July 28, 2012
11 of 12 users found this review helpful
…o “Una noche interminable” que también así se llama esta cinta en la que si adelantamos que se concitan Conrad Veidt, Peter Lorre y Judith Anderson la cosa se nos antoja siniestra ¡Pues, no señor! Podríamos encontramos ante una de las mejores trapisondas de Abbot y Costello y que bien pudiera haberse titulado “Bogie contra los nazis”: un batiburrillo de thriller, espías y comedia, que pese a su entretenimiento solo puede entenderse como adelanto de la campaña de conciencia y alerta que los intelectuales, muchos de ellos alemanes en Hollywood, acometieron ante la indiferencia, en ocasiones, condescendencia y, sobre todo, tardanza del gobierno estadounidense por tomar partido ante la hecatombe europea. La escena inicial es una declaración de intenciones al respecto: diletantes de café con soldaditos de plomo juegan a estrategas sobre cómo Inglaterra ganaría una guerra que es “asunto de ellos”. Pues, en efecto, tras el 41 se suceden las películas denuncia -magníficas, por cierto- a cargo de exiliados europeos, tales como “Los verdugos también mueren” (Lang), “Ser o no ser” (Lubitsch) o “Casablanca” (Curtiz), especialmente sensibilizados por su condición de judíos,o como el propio Vincent Sherman (en realidad Abraham Orovitz) con esta película de 1941, que desde luego no constituye el primer a rebato ante el peligro, porque antes de que EE.UU. despertarse conmocionado (Pearl Harbour), A. Mayo ya lo había insinuado en “La legión negra” (1937), A. Litvak en 1939 con “Confesiones de un espía nazi” y C. Chaplin en “El gran dictador” (1940), filmes que fueron recibidos por sendos rapapolvos de sus productoras e incluso del senado estadounidense que las calificaron de injerencia propagandística. Y no ha de olvidarse que, después de la guerra, los más fervientes cineastas antinazis pasaron a ser los sospechosos del Comité de Actividades Antiamericanas, órgano que paradójicamente había nacido como caza-nazis. En este contexto habría que situar “A través de la noche”, como un mensaje hábilmente disimulado con comicidad que, antes que denunciar el riesgo totalitario en Europa, pretende avisar de ese riesgo quintacolumnista en la propia casa; pues, de otra manera, no se entiende que un asunto entonces palpitante por su peligro y sufrimiento fuese tratado con tal trivialidad; ambigüedad de la que participa Bogart, prototipo “noir” que, a mi juicio, carece de vis cómica para esta dislocada empresa. No obstante, Sherman dirige con tino esta combinación de géneros confiriendo el estilo adecuado a cada situación; particularmente conseguida en la secuencia del falso almacén de juguetes donde en una ambientación perfecta (escenario e iluminación) de puro cine negro se desarrolla una escena con tintes de slapstick. En esa pureza “noir” se advierte la mano de Sid Hickox (especialista en fotografiar algunas joyas del género) y de Adolph Deutsch que musicalizó, entre otras, el Halcón Maltés. En definitiva un excelente elenco artístico y técnico para una entretenida película que está por debajo del cine que contiene.
alvaro
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