Se han hecho varias películas sobre la premisa de un hombre que logra volverse invisible, de ellas yo vi 3, la de los años 30s, y la protagonizada por Kevin Bacon, el tema es muy interesante pero creo que en medios audiovisuales es imposible hacer una versión satisfactoria sobre algo que no se ve. Acá decidieron no centrar la historia en eso, que la transformación del protagonista y su posibilidad de volverse invisible no fuera el centro, sino la pesadilla vivida por su pareja, en si el tema de la invisibilidad es solo una excusa para tratar el de la violencia de género, lo que hace que la película sea tramposa y ahí es donde me hace odiarla, porque se vende como algo que no es, la primera hora parece más un guión de telefilme de Lifetime, nada más que con mucho más presupuesto, después cuando decide entrar en el género lo hace a medias y de forma desganada, casi con resignación, las escenas de acción son patéticas, no generan tensión, todo para llegar a una resolución idiota, efectista, digna de culebrón.
Lenta, monótona, aburre que un sector no menor de Hollywood meta en películas pochocleras temas sociales a la fuerza, que no pegan ni con cola, se ven impuestos, demagogos y formando un pastiche que no es una cosa, ni la otra. Es curioso, Hollywood siempre tuvo la habilidad para manejar los cambios sociales y adaptarlos a su cine, el mejor ejemplo fue el lugar de la mujer, no es lo mismo como caracterizaban a sus personajes hasta mediados de los 60s que a partir de los 70s, en cambio ahora se le ven los hilos, lo hace de una forma tan obvia y pretenciosa que chirría.