No entiendo su inicio salvo que el creador intente decirnos que nos va a poner una bolsa en la cabeza para que nuestra respiración sea dificultosa y forzada, luego no es que sea realmente asfixiante, pero tras el capítulo de familiares etiquetados como genéricos la intensidad de la violencia va subiendo, un robo y secuestro a tiempo real en el que destacaría que tanto unos como otros deben controlar lo que hacen, las cosas se pueden hacer fácil o irse complicando y aquí lógicamente cada vez todo es más difícil, se sabe ir añadiendo tensión a una historia pobre pero real, no tenía porqué contar más y aunque sea es capaz de dejar a sus personajes en estado de shock, hay algo de sentido de humor español y sabe introducir las disputas entre ellos para que a todos se les vaya de las manos, cierto que algunos pasajes son simples añadidos sin sentido, pero en general se asiste a un intento sincero de realismo, altamente censurable, vomitiva para unos y saciante para otros, tanto grito y llanto perjudica a la salud pero este sangriento desenlace consigue estimular esa extraña zona del cerebro que siente placer en la violencia.