Bienintencionada película de claro corte social, que mezcla también y de forma no totalmente convincente, géneros como la pura intriga y el policiaco.
Para comenzar hay que decir que se trata del primer trabajo tras las cámaras en el largometraje de Michael J. Berry. Y no lo hace nada mal.
La cinta es bastante entretenida, siempre interesante, pero creo que el guión no logra ahondar en la problemática social, sino que se queda a medio camino de sus propuestas, que supongo sería una de ellas, la concienciación al espectador de lo que ocurre en la terrible frontera entre México y Los Estados Unidos de Norteamérica, lugar donde suceden hechos en los que continuamente se vulneran los derechos humanos más fundamentales.
Pero la unión entre este género y el policíaco, con intriga de psycho killer al fondo dando matarile a mexicanos con su rifle de mirada telescópica, queda algo desdibujada, con situaciones que, la verdad, no quedan demasiado creíbles. Buenas intenciones todas, con un maravilloso personaje positivo como el encarnado por un excelente Ed Harris, pero sin mordiente y dejando dudas en el camino.
Con todo, verdaderamente respetable y digna. La pena es que creo que se hubiera requerido en esa ocasión de un realizador con más fuerza y garra dramática, pero como el guión es del propio director al alimón con Louis Moulinet, pues nadie mejor que él (pensaría Berry, claro).
En cuanto a mi admirado Michael Peña, es una pena (opinión personal mía, conste) oírle en un español francamente pobre. Se nota demasiado que su idioma cotidiano es el inglés.

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