La vida está llena de gente que va y que viene, que pasa por tu vida y que apenas deja huella, y de otra gente que pasa por tu vida para nunca marcharse. De esa gente buena, que te enriquece como persona, que te hace la vida más bonita y más fácil, que te da energía positiva, que te sume en vez de restarte, es de la que tenemos que preocuparnos y no separarnos nunca y eso es lo que nos enseña esta sencilla película española, debut en la dirección de largometrajes de la directora Patricia Font.

No puedo decir que la película sea para ponerle un marco pero es sencilla, da lo que pretende, es positiva, te alegra un poco el día y te deja una pequeña enseñanza, como he comentado al comienzo de mi crítica.

El problema mayor que le puedo encontrar aquí es que Clara Lago como protagonista principal no enamora a la cámara, no se hace cercana, no desprende ternura o mucha simpatía y es algo que le suele pasar a la actriz madrileña, por lo menos a mí me pasa con ella casi siempre. No me parece mala actriz y tiene un rostro que siempre digo que me recuerda muchísimo a los dibujos de los mangas japoneses con ese pelo liso y esos ojos enormes negros, pero aquí no cae bien, se hace distante y es algo que creo que no le favorece a la película.

Junto a ella, una siempre admirable de ver Carmen Maura en un papel que no le exige grandes esfuerzos y que le sale de manera natural, una Alexandra Jiménez que está correcta, una desconocida Paula Malia que no me ha llegado a convencerme del todo, un encantador Carlos Cuevas al que acabo de conocer en "Alguien tiene que morir" y un guapo y maravilloso Álex García, de lo mejor de la película en todos los sentidos.

Maravillosos paisajes de la costa barcelonesa y es que tenemos un país impresionantemente bonito, buena fotografía y poca duración que hace que no se haga pesada en ningún momento.
Un saludo,
Tess